Comenzar un proyecto nunca es fácil. Plasmar una idea sobre el papel es una cosa, pero llevarla a cabo y convertirla en algo tangible es otra muy distinta. No obstante, es un proceso habitual y necesario para evolucionar, que tiene lugar muy a menudo a nuestro alrededor. Se da en el ámbito académico, en la investigación científica y por supuesto, en la empresa.
Con este capítulo comienza una serie de artículos en los que se intentará dar una visión diferente sobre la Inteligencia Competitiva. Poco a poco se profundizará en las distintas dimensiones de esta disciplina, en sus aplicaciones y en las técnicas o metodologías que se utilizan.
Para ello se tomará como ejemplo una empresa ficticia, afianzada en el sector tecnológico, con una Unidad de Inteligencia Competitiva cuyo objetivo es crecer y ampliar sus oportunidades de negocio en otros sectores aprovechando el potencial del que disponen. En éste y en los siguientes capítulos veremos paso a paso cómo pueden conseguirlo. Comenzamos.
Primeros pasos
La compañía tecnológica ficticia SENS (acrónimo de Sistemas de Entrenamiento y Simulación), especializada en el desarrollo de sistemas informáticos de simulación, quiere pasar a formar parte del grupo de empresas vinculadas al sector de la Seguridad y la Defensa en España.
SENS goza de una amplia experiencia en la simulación computacional de sistemas. Cuenta con una amplia gama de productos y servicios que permiten imitar el funcionamiento de procesos y operaciones en el mundo real.
Recientemente creen haber identificado una oportunidad de negocio en relación con los programas de Simuladores y RPAS, cuyo uso cada vez es más frecuente en las Fuerzas Armadas. No obstante, no disponen de más información sobre el sector y no cuentan con los medios ni los recursos necesarios para realizar un análisis más detallado sobre el entorno al que están valorando aproximarse.
Ante esta situación, la Dirección plantea lo que se conoce como una Necesidad de Inteligencia o NI. Es decir, requiere de información veraz, clara y concisa que le permita tomar decisiones estratégicas de cara a su posible entrada en el sector.
Dada la magnitud del proyecto, deciden invertir en la creación de una Unidad de Inteligencia Competitiva para que lleve a cabo esta labor y pueda dar respuesta a estas necesidades.
¿Qué es la Inteligencia Competitiva?
A grandes rasgos, la Inteligencia Competitiva no es más que la aplicación de la Inteligencia en un entorno empresarial u organizacional. En este sentido, el fin último es el mismo para un gobierno, para una empresa o para una unidad militar: dar respuesta a la necesidad de información planteada por el decisor. En otras palabras, dar apoyo en la toma de decisiones.
Según el autor que se escoja, las definiciones sobre lo que es y lo que no es la Inteligencia Competitiva varían en función del enfoque y la perspectiva de cada uno. No obstante, la mayoría coinciden en que se trata de un proceso dinámico que engloba los siguientes aspectos clave:
- Información sobre el entorno competitivo (pasado, presente y futuro)
- Conocimiento de las necesidades de la empresa
- Utilización de técnicas específicas de análisis
- Procedimientos legales y éticos
¿Para qué sirve la Inteligencia Competitiva?
Como se mencionaba anteriormente, el propósito de la Inteligencia Competitiva es dar apoyo en la toma de decisiones estratégicas. De este modo, se reduce la incertidumbre y se minimiza el riesgo. Sin embargo, a medida que se avanza en el proceso, también puede servir para dar apoyo en la toma de decisiones tácticas y operativas.
En este sentido, en artículos anteriores ya se ha mencionado el valor de esta disciplina en distintos procesos relacionados con la vigilancia competitiva o la gestión del riesgo, mostrando por ejemplo cómo la Inteligencia Competitiva apoyada en la Huella Digital puede ser una herramienta de utilidad en el entorno empresarial.
La creación de la Unidad
Retomando el caso de SENS, la empresa ficticia que mencionamos anteriormente, hemos dejado a la Dirección planteando esa Necesidad de Inteligencia (que derivará en una o varias necesidades de información o NINFOs) y que es el motivo a partir del cual deciden crear la Unidad de Inteligencia Competitiva.
En los próximos capítulos veremos cuáles serán los principales ejes sobre los que se estructurará esta Unidad, así como otras cuestiones tan relevantes como su relación con el resto de la organización, los distintos perfiles de sus analistas, las fuentes de información o las técnicas y modelos de análisis más apropiados.
Pero no conviene adelantarse, todo esto y mucho más lo veremos paso a paso, en los próximos días.
