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Metacoins, Tokens, y otros pobladores de la Blockchain (Parte I)

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Metacoins, Tokens, y otros pobladores de la Blockchain

Cuando hablamos de ‘Blockchain’ rápidamente nos vienen a la cabeza los Bitcoins, la red Ethereum, o los no siempre comprendidos Smart Contracts. Existe sin embargo otro concepto relacionado con los blockchains, por lo general menos conocido, que es el de token.

En esta serie de artículos vamos a hacer un recorrido por las capas altas de la tecnología blockchain, durante el cual veremos qué son, para qué sirven, cómo se crean y cómo se usan los tokens.

¿Qué son los tokens?

Para empezar, podríamos decir que un token no es más que una representación de un activo digital o físico, que es transferible y normalmente, fungible (una vez usado no se puede volver a utilizar).

Ejemplos de tokens en el mundo real son las fichas de casino o las que se usan en los túneles de lavado, pero ¿Cómo encaja este concepto en el universo de los Bitcoins y el Ether?

Para entenderlo mejor, creo que merece la pena que dediquemos unos momentos a recordar de forma somera cómo funciona la tecnología Blockchain y qué significan en ese contexto algunos otros términos como “protocolo” y “moneda”.

La tecnología Blockchain

Siguiendo el esquema de capas desde abajo hacia arriba, Blockchain es la tecnología que sirve de base a criptomonedas, metacoins y tokens.

Sin entrar en mucho detalle, una blockchain es una base de datos distribuida en una red de nodos peer-to-peer, en la que cada nodo guarda de forma independiente una copia de todos los datos registrados.

Desde el punto de vista estructural, los datos de una blockchain se almacenan en bloques que se enlazan secuencialmente formando una cadena, de aquí el nombre   y cuyo entramado interno de árboles de Merkle y hashes criptográficos [1] garantiza la integridad de todas y cada una de las transacciones apuntadas.

Protocolos

Los nodos integrantes de una infraestructura blockchain deben cumplir con un conjunto de reglas de comportamiento e intercambio de mensajes, que constituyen el protocolo de esa blockchain (Ejemplos: Ethereum y Bitcoin).

Monedas

Una [cripto]moneda es el activo digital nativo de un protocolo de blockchain específico. A veces también se las denomina token nativo o token intrínseco.

Aunque en realidad no es necesario que una blockchain disponga de una criptomoneda, tanto la cadena de bloques de Bitcoin como la de Ethereum tienen las suyas (BTC y ETH respectivamente), y de hecho, las utilizan como “combustible” para poder funcionar: los Bitcoins se utilizan (es más, se generan) como recompensa al esfuerzo que realizan los “mineros” para validar bloques de transacciones, y el Ether se utiliza, además de para recompensar la generación de bloques, para pagar por la capacidad de procesamiento requerida para ejecutar los Smart Contracts.

Tokens

Finalmente un token es, como ya hemos comentado, una representación de un activo físico o digital construida sobre la moneda nativa de una blockchain, o dicho con un poco más de propiedad, sobre la capa de aplicación de esa blockchain (veremos más sobre esto en la próxima entrega de esta serie).

Cuando creamos un token, le asignamos una serie de propiedades:

  • Un nombre y un símbolo (como por ejemplo “Basic Attention Token”, cuyo símbolo es “BAT”)
  • El número inicial de unidades “acuñadas”
  • Número máximo de unidades: puede ser abierto (el creador inicial puede crear más unidades) o cerrado (hay un número máximo no ampliable)
  • Divisibilidad: un token puede ser divisible en unidades más pequeñas (“tener decimales”) o ser indivisible (número entero de unidades)

Y obviamente, debemos ligarlo a un valor o activo subyacente, ya sea físico o virtual, o bien otorgarle “poder” para realizar alguna acción.

Estas características van a determinar qué podemos hacer con el token, e incluso su comportamiento en parámetros económicos: no tendrá el mismo valor un token que nos proporcione el derecho a descargar una canción que uno que nos identifique como propietarios de una acción de una empresa.

De la misma forma, un token escaso y del cual no sea posible crear más unidades tenderá a estar más cotizado que uno del cual haya millones de unidades, o que su creador pueda acuñar más cuando lo considere necesario.

¿Para qué sirven los tokens?

Un “objeto” con un valor, permisos especiales o cualquier otro privilegio asociado, y cuyo balance en las distintas cuentas del sistema queda registrado de forma segura, puede utilizarse en multitud de escenarios que impliquen intercambios, pagos o acreditación de permisos o privilegios, como pueden ser los siguientes:

  • Digital Rights Management
  • Programas de fidelización (puntos, millas, etcétera)
  • Coleccionismo (cromos, arte, entre otros)
  • Gaming: Desbloqueo de funcionalidades, niveles, objetos
  • Identidad digital, control de accesos
  • Títulos de propiedad

Las posibilidades son enormes, y para hacernos una idea de la cantidad de proyectos de tokens que ya están funcionando o de los que están preparando su salida al mercado financiados con Initial Coin Offers (ICOs), podemos recurrir a páginas como Token Data [2] o State of DApps [3].

Veamos algunos ejemplos que, bien por su interés, su potencial, o bien por su bizarría han llamado mi atención en los últimos meses:

  • Basic Attention Token, o BAT, es un token creado para servir como moneda de cambio entre publishers, anunciantes y usuarios en el entorno de la publicidad digital, como alternativa al modelo “tradicional” basado en cookies y fingerprints. Forma parte del mismo proyecto que Brave, el navegador diseñado por Brendan Eich, el inventor de Javascript [4].
  • FoldingCoin es un token creado para recompensar a los participantes en el proyecto Folding@home, de la Universidad de Stanford. FAH aprovecha la capacidad de procesamiento de los ordenadores de usuarios, cuando estos no la necesitan, para realizar simulaciones de plegamiento proteico [5].
  • FoldingCoin es un token creado para recompensar a los participantes en el proyecto Folding@home, de la Universidad de Stanford. FAH aprovecha la capacidad de procesamiento de los ordenadores de usuarios, cuando estos no la necesitan, para realizar simulaciones de plegamiento proteico [5].

Hemos llegado al final de la etapa. En el siguiente artículo de la serie veremos más en detalle en qué consiste la capa de aplicación de blockchain y cómo la implementan Ethereum y Bitcoin.

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