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La Inteligencia Artificial en los videojuegos

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La inteligencia artificial en los videojuegos

La inteligencia artificial en los videojuegos siempre han ido de la mano. En este artículo veremos cómo estos dos conceptos han caminado juntos desde antes incluso de que los videojuegos existiesen.

Los inicios de la inteligencia artificial en los videojuegos: el ajedrez

Desde antes incluso de que se acuñase el término “videojuegos” los desarrolladores ya pensaban en intentar crear una inteligencia artificial capaz de ganar a los grandes maestros del ajedrez por medio del algoritmo Minimax. El número de movimientos posibles en una partida de ajedrez, pese a tender a infinito, es un número finito. ¿Podríamos encontrar una combinación con la que ganar siempre? Tras sólo 10 movimientos en una partida a este juego, el número de posiciones posibles en él es de 165 cuatrillones y medio. Actualmente no poseemos la capacidad computacional necesaria para poder resolver esta cuestión.

El objetivo del algoritmo Minimax es encontrar entre todos los posibles movimientos dentro de una partida de ajedrez el turno ideal en cada uno de los instantes del juego. Para ello se exploran los distintos posibles movimientos que puede haber en el futuro de la partida y se escoge el que más beneficio reporte al jugador. 

El sueño de vencer a un gran maestro de ajedrez se cumplió en 1997 cuando el superordenador de IBM conocido como Deep Blue fue capaz de derrotar en un match a seis partidas al considerado uno de los mejores jugadores de ajedrez de todos los tiempos Garri Kaspárov. Ambos estaban empatados al comienzo de la última partida, pero la máquina pudo hacerse con la victoria en ella. El match estuvo rodeado de polémica ya que en el segundo partido Kaspárov comenta que notó irregularidades en el comportamiento de la máquina, como si estuviese jugando con una persona.

Actualmente, sigue sin existir una fórmula perfecta para ganar al ajedrez, pero gracias a técnicas de Machine Learning cada vez se está más cerca de conseguirlo.

Garri Kaspárov contra el ordenador Deep Blue en 1997.
Garri Kaspárov contra el ordenador Deep Blue en 1997. (Foto: chessbase)

Cuando la inteligencia artificial creó un subgénero

Otro título que fue muy importante en el desarrollo de la inteligencia artificial en los videojuegos es Rogue. Este juego fue lanzado en 1980 y nos encarnamos en un aventurero que debe explorar una mazmorra. Uno de los aspectos más interesantes Rogue, es que, gracias a la IA, la mazmorra cada una de las partidas es distinta a la anterior

Esta característica fue tan importante en el mundo de los videojuegos, que creó un nuevo subgénero dentro de ellos llamado “roguelike” y fue la base de lo que hoy llamamos juegos procedurales, los cuales son capaces de crear todo o parte del contenido de forma automática con algoritmos. Algunos ejemplos de juegos procedurales son Minecraft o No Man’s Sky. Esta técnica actualmente no se suele aplicar de momento a todo el contenido del videojuego, ya que la máquina no es capaz de interpretar aún bien el “toque humano” que se aplica al juego. Un usuario experimentado es capaz de notar cuando algo se ha realizado un elemento de forma procedural o no. Siente que le falta algo de alma y mimo. Hay aún margen de mejora en este tipo de videojuegos. 

Mazmorras autogeneradas de Rogue. (Foto: Wikipedia)

Buscando la dificultad adecuada

Los videojuegos siempre buscan la satisfacción del jugador, en su esencia son un instrumento creado para entretener a alguien. Para eso es necesario mantener al usuario en un nivel de desafío y habilidad equilibrado, ya que si se posee una habilidad muy inferior al desafío que propone el juego el usuario se frustrará, mientras que si pasa justo lo contrario tenderá a aburrirse y a dejar el juego.

Esto se vuelve un quebradero de cabeza para los desarrolladores, quienes tienen que elegir para que perfil de usuario van a crear su juego. Conforme a más perfiles quieren llegar, más variantes deben general en la inteligencia artificial de los enemigos, en las habilidades de los personajes, en los elementos del mapa…

Pero aún así tenemos un problema. ¿Cómo podemos saber que significa fácil y que significa difícil? ¿Dónde ponemos el listón? Para ello se creó la dificultad dinámica adaptativa. Con ella el juego es capaz de reconocer las dificultades que está padeciendo el usuario y elevar o disminuir su dificultad dependiendo de su habilidad. 

Un videojuego que utiliza la dificultad dinámica adaptativa es Resident Evil 4. En él la inteligencia de los enemigos se reduce cuando nos derrotan varias veces consecutivas en el mismo lugar. También se usa en Mario Kart 8, aumentando o reduciendo la probabilidad de que aparezcan en las cajas distintos objetos según la posición actual en la carrera.

Los objetos de Mario Kart 8, varían según tu posición. (Foto: Nintendo).

La dificultad dinámica adaptativa en la actualidad aún necesita ser pulida. El usuario puede beneficiarse de ella dependiendo de sus patrones. Por ejemplo, en The Last of Us: Parte 2, si el usuario tarda demasiado en pasar de una zona a otra se le ofrecerá la posibilidad de recibir una pista. No hay forma de saber si el usuario realmente la necesitaba o si simplemente ha dejado el mando a un lado y esperado a recibirla. Este tipo de decisiones pueden afectar a la progresión que obtiene el jugador conforme avanza en el videojuego.

Los videojuegos deportivos

Para finalizar el artículo queremos hacer una especial mención a la inteligencia artificial en los videojuegos deportivos. Dicha característica, en algunos títulos más que en otros, ha ido evolucionando para otorgarle una inteligencia artificial a los equipos y jugadores lo más similar posible a su personalidad real. Si un equipo tiene un estilo más defensivo tratará de defender mejor, si un jugador más agresivo lo demostrará en el terreno de juego.

No obstante, este tipo de tecnología requiere un coste elevado. Pongamos de ejemplo que un equipo de fútbol de media contiene 22 jugadores y una liga posee 20 clubes. Se necesitarían más de 400 inteligencias artificiales personalizadas, por lo que este tipo de tecnología solo suele implementarse en los jugadores y clubs más icónicos de los videojuegos.

La inteligencia artificial y los videojuegos crecen a la par. Cada vez que se descubre una nueva forma de utilizarla, o de evolucionarla, surgen nuevos y apasionantes caminos en el mundo de los videojuegos. Y, pese a que parece ya se ha recorrido un largo trayecto, este viaje solo acaba de comenzar. 

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